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martes, 21 de diciembre de 2010

LOS RIESGOS DE LOS PROYECTOS Y LA EDR.


Para cambiar un poco la dinámica de las notas y aburrir con todas las ideas de emprendimiento impulsadas por INNOVA, entendi pertinente hablar un poco de los riesgos que provocan los proyectos. Si bien no prestarle la debida atención a las características de un buen emprendedor ya constituye un riesgo en sí, hay algunas consideraciones interesantes a la hora de la selección de las herramientas que utilizamos en nuestros emprendimientos, ya sea un software, maquinaria, etc.

Entendemos por Herramientas como aquellos objetos materiales o inmateriales que se destinan para la realización de una determinada tarea. No afinamos la definición a una en particular sino a la elección de cualquiera de las que se nos puede ocurrir, todas obedecen al mismo proceso de análisis a fin de conseguir un óptimo rendimiento.

Para analizar el riesgo de la elección y de los posibles dentro de un proyecto utilizamos la llamada Estructura del Desglose del Riesgo (EDR), que es una descripción jerárquica de los riesgos del proyecto, identificados y organizados por categorías y subcategorías de riesgos, que identifica las distintas áreas y causas de los mismos. Las organizaciones de acuerdo a su sector en el que se desarrollan podrán tener una EDR genérica, construida en base a proyectos anteriores o una genérica del sector, que debe utilizarse y adaptarse en los proyectos que emprende.

Las EDR forman parte de la planificación y la documentación de los proyectos, necesarias para lograr un emprendimiento correctamente estructurado con un adecuado plan de negocio, no se tiene una visión integral del negocio si no se visualizan los riesgos.

Cuestionar Qué riesgos acarrea a nuestro proyecto la elección de una determinada herramienta, nos lleva a la respuesta de que si bien depende del entorno en que la empresa se desenvuelve. Existen, sin embargo, una serie de consideraciones generales que debemos tener en cuenta a la hora de tomar decisiones en materia de las herramientas que queremos o pretendemos utilizar. El no considerarlas puede provocar una situación incierta, que luego devenga en un riesgo y que afecte o impacte en nuestro proyecto, en tiempos, costo, etc.

En primer lugar, aventurarnos a utilizar una nueva herramienta cuya eficacia no ha quedado aún demostrada, es una fuente de riesgos potencial muy grande cuyos efectos pueden reflejarse en demoras en las entregas, costos excesivos y/o no cumplimientos con los requerimientos o especificaciones del producto o servicio.

No testear las herramientas nos puede traer problemas, ya que muchas veces no tenemos ciencia cierta de hasta donde esa herramienta cumple con el alcance que nosotros pretendemos, es muy arriesgado dejar cosas al azar, y mucho más cuando nuestros productos y servicios se basan en ellas.
Si hemos seleccionado la herramienta adecuada, debe ahora evaluar las aptitudes, competencias y habilidades que el personal debe poseer para hacer un uso eficiente de ella .

Por último, podría suceder que la seleccionada, si bien cumple con los requerimientos de los usuarios y responde tecnológicamente en su puesta en marcha, esta no pueda hacer frente al creciente volumen de negocios. Es importante que su evaluación para selección contemple diversos escenarios de demanda para garantizar su utilidad en situaciones de demanda creciente.


Creer en una idea e impulsarla es la mejor decisión que podemos tomar, como en cualquier decisión debemos ser responsables de los efectos que provoca, muchas veces ese efecto puede constituir o puede estar envuelto de un riesgo, pero es de destacar que los riesgos no son malos, todo lo contrario, los riesgos son verdaderas oportunidades de cambio y mejora, porque si yo preveo los riesgos de un negocio que tal vez otro no hizo, mi emprendimiento será competitivamente mejor, y eso hace una apertura de mercado donde mi idea será netamente RENTABLE. Cuantificar los riesgos es una de las mayores virtudes de un EMPRENDEDOR.

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